lunes, 18 de septiembre de 2017

Insólito: Juez preso por robar billete falso


El Juez de Paz de Fray Marcos, de iniciales S.L.S., que fuera encarcelado el viernes por apoderarse de un expediente judicial y de una moto destinada a ésa sede, fue sometido por la Suprema Corte Justicia (SCJ) a una investigación administrativa luego de que, desempeñándose como juez de Paz de la 4ª. Sección de Durazno, adoptara una polémica resolución en relación a la periodista Estela Apollonio. En la misma, el magistrado le prohibió a la comunicadora recibir denuncias sobre la Policía, la policlínica y el juzgado de Villa del Carmen “so pena de incurrir en el delito de coautoría de difamación e injurias”. La resolución fue considerada como un ataque contra la libertad de expresión por parte de la Asociación de la Prensa del Uruguay (APU) y generó la reacción de la Suprema Corte, quien sometió al juez a una investigación administrativa. El mismo magistrado también fue sospechado de falsificar la firma de un colega en una sentencia que permitió a una mujer trasladar ilegalmente a su hijo de España a Uruguay, sin el consentimiento del padre; en un sonado caso de restitución internacional registrado en mayo del año pasado.
A LA CÁRCEL
El juez de Paz S.L.S. fue procesado con prisión el martes por la Jueza Letrada de Florida de 1º Turno, Dra. Annabel Gatto de Souza, por los delitos de hurto, falsificación o alteración de documento público y peculado (apropiarse de alguna cosa que se posee en razón del cargo).
Según el auto de procesamiento, el juez de Paz, quien se encontraba con licencia médica, habitaba una casa contigua juzgado al juzgado, destinada precisamente a su titular, que se comunica con la sede por una puerta interior. A pesar de su licencia, el juez concurría asiduamente a la sede a recoger su correspondencia que funcionarios del Correo deslizaban por debajo de la puerta.
UN SOBRE “ATRACTIVO”
Uno de los sobres de papel manila que S.L.S. abrió, contenía un oficio policial junto al billete apócrifo de $ 2.000, Serie B, Año 2015, N° 22056304 y la respectiva Carpeta de Policía Científica. S.L.S. Dejó el documento en el lugar, pero por la noche se comunicó con el funcionario receptor M. M. para preguntarle dónde se encontraba el expediente del billete apócrifo. El funcionario le respondió que estaba en el canasto del despacho, aguardando al arribo de la juez subrogante. La pregunta del juez llamó poderosamente la atención de M.M., quien le comentó lo sucedido a sus compañeros de trabajo, despertando las primeras sospechas.
En este marco, el juez S.L.S. retornó al juzgado y sustrajo el expediente en cuestión. El martes, el magistrado concurrió al local de RedPagos en Fray Marcos. Allí retiró del cajero $ 1.000 y un ticket por otros $ 1.000, solicitándole al cajero A.M. que se los cambiara por un billete de $ 2.000.
MÁS SOSPECHAS
La extraña solicitud sorprendió al cajero, pero accedió a entregarle el billete de $ 2.000. Ese día el juez retornó dos o tres veces a la citada red de cobranza y efectuó algunos pagos. Al depositarse la recaudación de Red Pagos en el Banco República, pusieron en conocimiento del titular del local de cobranzas de la existencia de un billete falso que, una vez practicadas las averiguaciones, resultó ser nada menos que el que estaba originalmente en el expediente sustraído de la sede. Al enterarse de que el billete falso había sido detectado, S.L.S. sacó una fotocopia a un billete de $ 2.000 para colocarla en el expediente que había sustraído para simular que se trataba del billete falso faltante, sin tener en cuenta que la numeracion y serie de los billetes no coincidían. Horas después, cuando los funcionarios advirtieron la falta del expediente y se lo comunicaron a la jueza subrogante, quien dispuso que comunicaran al juez S.L.S. que devolviera el documento, resultando infructuosas las gestiones ya que no pudieron localizarlo.
El jueves, finalmente, S.L.S. ingresó a la sede y colocó el expediente que le reclamaban sobre el escritorio del funcionario M.M., expresando “aquí te dejo el expediente”, solicitando a otro funcionario que cuando llegara M.M. a la sede, fuera a su casa.
EXIGIÓ QUE LO “ARCHIVARAN”
El funcionario M.M. concurrió al domicilio del juez, quien le propuso que archivaran el expediente porque “iba a traer problemas”. M.M. se negó y le respondió que se lo pidiera a la juez subrogante. El juez acudió entonces al despacho de su suplente en poder del sobre que contenía el documento sustraído, pero negándose a entregarlo si no era archivado. “Ponelo para el archivo así queda acá” exigió el juez titular a la subrogante, quien, para acceder al expediente, cedió a la exigencia de S.L.S. y a decretó su archivo. No obstante, la juez subrogante decidió dar cuenta de lo sucedido a la jueza penal Annabel Gatto De Souza, quien dispuso de inmediato el traslado del juez S.L.S. a la sede penal, emplazando a su magistrada subrogante y los funcionarios del juzgado de paz.
SE APROPIÓ DE LA MOTO
En el marco de la indagatoria, se comprobó además que S.L.S., además de haber robado el expediente para extraer el billete, varios meses atrás se había también apropiado de la moto destinada a la sede por el Poder Judicial. El birrodado no se utilizaba por encontrarse en mal estado, por lo que se le dió de baja al seguro y se hizo entrega de la chapa matrícula a la intendencia, pero el juez solicitó las llaves de la moto y la llevó a reparar a su propio costo para darle uso personal.
Como resultado de la instrucción, la jueza Gatto de Souza, dictó el procesamiento y prisión del Juez de Paz de Fray Marcos, imputándole los citados delitos. Además, entre otras diligencias, ordenó que el encausado sea sometido a pericia psiquiátrica y a pericia caligráfica a efectos de determinar si escribió la palabra “Bolso” que luce en el billete apócrifo incautado.
EL HERALDO
                                                                                                                       Video de FloridAdiariO:


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