Una de las principales atracciones de la Catedral Basílica
de Florida la constituye el majestuoso órgano ubicado en lo alto del Santuario,
construido por la firma Laukhuff de Alemania (la principal constructora de
órganos en el mundo) en el año 1935 por el célebre maestro Donato Sangaletti. Esta semana comenzaron
los trabajos de reparación del mismo, a cargo del organero uruguayo Sergio
Silvestri Budelli y su hijo, Daniel Silvestri Lombardo.
El pasado martes EL HERALDO visitó la Catedral para ver el trabajo que viene
desarrollando y dialogó con ambos sobre la historia del órgano. Silvestri, que
conoció personalmente a Donato Sangaletti, desmintió algunos mitos que sobre la
historia del órgano de la Catedral se han ido transmitiendo a través de varias
generaciones de floridenses, como se verá en la nota que sigue a continuación.
TRABAJO
A FONDO
“Estuve
en la década de 1950 con mi padre haciendo arreglos en este órgano. Luego volví
en el año 1980 y después regresé a hacer algunos arreglos cada 10, 15 años.
Pero ahora estamos haciendo un trabajo más a fondo en cantidad de cosas; paños
y cueros gastados, fuelles rotos, había un 15% de notas que no sonaban.
Es
un buen instrumento, tiene una buena sonoridad, y tiene una amplificación que
es la Iglesia, que genera ecos. Entonces hace una resonancia muy gustosa para
la época romántica, aunque ahora se busca el sonido seco, que no lo genera el
órgano, lo genera el edificio” explica Silvestri, haciendo gala de sus
conocimientos sobre el tema.
EL
NÚMERO 2761
Sobre
la historia del órgano, Silvestri cuenta que fue construido por la firma
Laukhuff, de Alemania, “la firma constructora de órganos más grande del mundo”.
El órgano de Florida, construido en el año 1935, era el número 2761 construido por Laukhuff, como aparece registrado en el propio instrumento. Silvestri nos cuenta que conoció personalmente a Donato Sangaletti, quien trajo el órgano a Florida.
El órgano de Florida, construido en el año 1935, era el número 2761 construido por Laukhuff, como aparece registrado en el propio instrumento. Silvestri nos cuenta que conoció personalmente a Donato Sangaletti, quien trajo el órgano a Florida.
“Me
encontré con él mientras hacía un trabajo en Concepción del Uruguay
(Argentina), donde estuve 16 meses reparando un órgano. Después estaba
Sangaletti trabajando en Córdoba, y él falleció, y los padres me entregaron sus
herramientas, porque consideraron que era una persona que continuaba su
trabajo. El órgano es alemán, yo estuve en la fábrica en la firma Laukhuff,
haciendo entrenamiento y viendo detalles, pero además estuve ocho meses en
Alemania estudiando junto a colegas de diversas partes del mundo, en una
escuela para servicios técnicos de instrumentos. Y después estuve en Italia, en
Florencia tres meses, y en Marsella, Francia”.
VENÍA
A FLORIDA
Una
tradición floridense asegura que el órgano que hoy se encuentra en la Catedral
de Florida tenía otro destino y que llegó a nuestra ciudad por casualidad.
Silvestri desmiente rotundamente dicha historia.
“No, no, éste es el órgano 2761 por catálogo y estaba destinado para venir acá, no vino de casualidad.
“No, no, éste es el órgano 2761 por catálogo y estaba destinado para venir acá, no vino de casualidad.
Tengo
los libros de la Laukhuff y estaba registrado en alemán “2761 Florida,
Uruguay”. Alrededor de los intrumentos siempre se tejen historias. Tampoco es
el órgano más grande de Uruguay, aunque suena muy lindo sí y tiene la
particularidad que tiene la organola, que es el antiguo instrumento de los
disketes pero que venían en rollos, que los vamos a revivir. Hay órganos más
grandes en el país, como el de Punta Carretas, que tiene 28 registros, y está
el de los vascos que tiene 42 pero está desarmado porque se le cayó una pared
arriba. El órgano de Florida tiene 21 registros”.
UN
MES
Según
narró Silvestri, los trabajos de reparación del órgano de la Catedral Basílica
le demandarán un mes entero. Terminada la nota, Silvestri nos sigue hablando de
su trabajo y de las particularidades del órgano de nuestra Catedral,
demostrando su conocimiento del tema y el amor por el trabajo que realiza.
EL
HERALDO
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