martes, 31 de mayo de 2016

Impactante relato del conductor del ómnibus incendiado en el Marconi

Lo ocurrido el viernes pasado en el Marconi, donde se quemaron vehículos, varios ciudadanos fueron robados y golpeados y un médico terminó con fractura de cráneo, impresionó a los uruguayos que vieron unas pocas imágenes a la distancia en la televisión. No es difícil imaginar entonces los sentimientos de quienes vivieron los hechos en carne propia.
Gustavo Crusoff, conductor del ómnibus de Coetc incendiado, hizo su relato de los hechos a través de una publicación en su página de Facebook. En el post -del que se hizo eco más temprano El Observador- Crusoff aclara que sólo sus compañeros y los 30 pasajeros del ómnibus saben lo que debieron pasar al cruzar la zona el viernes a las 13 horas.
"Llegando a la esquina de Saravia y Trápani, por la cual pensaba desviar ya que a unas cuatro cuadras se veía que estaban quemando cubiertas, había no más de ocho personas", cuenta. En ese momento, "de atrás de un muro viene volando un pedazo de hormigón del tamaño de una guía de teléfonos". "Impacta en el parabrisas de mi lado tapándome de vidrios y al cerrar los ojos instintivamente puse el freno de mano. De la nada aparecen unas 50 personas en una clara emboscada ya organizada y en unos segundos el bus es terriblemente apedreado de todos lados quedándose sin un vidrio, mientras yo como podía y tapándome la cabeza con las manos -la cual me rompieron a pedradas- me fui arrastrando por el piso hacia el fondo, si no me matan a pedradas".
En la "locura" que se vivió dentro del ómnibus siente que le caminan por arriba. "Veo que ya habían arrancado la puerta delantera y había varios robando a todos los pasajeros y seguían subiendo. También me revisan y me roban todo, queriéndome cortar el dedo para sacarme la alianza ya que al haber engordado no me salía", prosigue el relato.
"Si no fuera por una maestra que venía en el bus, que era de la escuela del barrio y reconoció a varios de ellos e intercedió para que no nos lastimen y no nos maten creo que otra hubiera sido nuestra suerte", contó.
Luego lo llevaron al frente del bus y le pidieron que les dijera cómo manejar el bus. "Les digo que es solo acelerador y freno porque es automático pero no recordé decirles cómo sacar el freno de mano. Me obligan a bajar junto con el resto de los pasajeros y ya abajo veo uno revisando mi billetera y le pido por favor que me deje los documentos y me los tira en la cara", dijo el conductor.
"Cada uno escapábamos para donde podíamos y como a dos cuadras al darme vuelta a mirar veo que el bus esta en llamas. Un vecino en un auto se ofrece a llevarnos a la policlínica de Capitán Tula a nosotros y a la maestra que nos salvó", cuenta el chofer.
"Van 58 horas del hecho y no pude dormir más de cuatro, ya que sigo viendo esa película de terror una y otra vez en mi cabeza. Van 58 horas y recibí muchos llamados a) de compañeros de Coetc, de la escuela, del liceo, de trabajos anteriores, de amigos, familiares, de vecinos. Van 58 horas y nadie, pero nadie de la directiva de la empresa se comunicó conmigo para saber de nosotros. En la oficina están nuestros teléfonos fijos y direcciones pero nada (...) Les importamos más a una maestra desconocida que a ellos", concluyó.
MONTEVIDEO PORTAL


No hay comentarios:

Publicar un comentario