viernes, 5 de febrero de 2016

Cinco niños toman agua hervida de un arroyo


Las familias Morra, tres familias, viven en la zona de Paso Calleros, a pocos metros del arroyo homónimo. En ellas viven cinco niños y seis mayores. Luego de secarse los pozos, desde el pasado 10 de diciembre comenzaron a solicitar agua al Centro Coordinador de Emergencia de Florida. La respuesta: se la llevaremos cuando la intendencia autorice las partidas de combustible, según contó Silvia Morras, una de las habitantes del lugar.
Hasta el miércoles 27 de enero la situación estaba sin cambios. Los Morra están dispuestos incluso a pagar el combustible, pero no obtienen respuesta.
Ante la situación, compran agua embotellada. Pero lo hacen cuando pueden, y vienen a la ciudad de Florida que está a unos seis kilómetros.
Cuando no pueden hacerlo bajan hasta el arroyo cercano, llevan agua, la hierven y dan de beber a sus más pequeños, que tienen entre 3 y 11 años.
En el arroyo además, los bañan e higienizan, aprovechando la cercanía, y dejan el resto del agua que llevan para las otras necesidades de las tres familias.
Silvia señala que la situación “es penosa”. “Acá se nos secó un pozo que en su momento nos costó 40.000 pesos. No podemos hacer otro. La sequía del invierno no ha terminado. Se “enganchó” con el verano y nos dejó sin agua desde diciembre”.
17 FAMILIAS SIN AGUA
Desde el Centro Coordinador de Emergencia se confirmó la situación. Tienen 17 pedidos pero no han podido cumplir con ninguno porque no se autoriza el combustible, orden que tiene que dar la intendencia de Florida.
Una vez que eso sucede, el combustible va a los camiones de los batallones que colaboran con el Sinae y ahí comienza el reparto.
La situación de un casi déficit hídrico afecta a Florida en diferentes puntos. En Parada Sánchez, 10 kilómetros al Noreste, el destacamento policial está sin agua potable, al igual que otras familias de esa zona.
RECIÉN OPERADO NO TOMA AGUA
Santiago Morras llegó de una operación hace 24 horas y se encontró con el detalle de que no tenía agua potable.
“Me dieron el alta y me encontré con esta situación”, dice el padre de varios de los niños en Paso Calleros. “Quisiera que se pongan un poco en el lugar nuestro. Yo estoy operado y necesito agua para la higiene. Pero los niños son más importantes y tienen que tener el agua. Podemos pagarla pero no siempre. Se secaron los pozos y tenemos la necesidad, pero no nos dan respuesta”, volvió a insistir.
Ellos, al igual que los niños, han tenido que utilizar el agua del arroyo “para todo”.
FLORIDADIARIO


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