Gerardo Pelusso, el técnico floridense, se volvió un referente continental tras
obtener la Copa Sudamericana con Independiente Santa Fé; un canal de TV lo vino
a buscar a Montevideo, donde descansa después del triunfo.
Llueve. Pero llueve torrencialmente. De
pronto, un relámpago parte el cielo. Gerardo Pelusso se
encuentra en la puerta de arribos al puerto de Montevideo. Con un paraguas y
una camisa manga corta. Un veterano lo saluda: "Pelusso, tengo 78 años y
soy hincha de Danubio. Usted me dio una de las alegrías más lindas de mi
vida". Y recuerdan a Lito Silva y a Raúl Bentancur, dos glorias del
fútbol. Un hincha de Nacional pide para tomarse una fotografía con él. Pelusso
accede y agradece a cada uno que lo felicita por el título de la Copa
Sudamericana al frente de Independiente Santa Fe. El técnico que termina
el año en la cima de América llega al puerto, a pesar de la tormenta, a buscar
a tres periodistas argentinos que desembarcan en Montevideo para entrevistarlo.
Sorprende la actitud, porque no es común
en el mar de vanidades que sacude al fútbol profesional. Pero no sorprende la
actitud de Pelusso para quienes lo conocen. Un tipo sencillo, capaz de mojarse
él para acercar el auto y que no se dañen los equipos que traen el periodista
Javier Tabares, conductor de El Show de la Copa Sudamericana, el productor Lino
Palacio y el camarógrafo Gustavo Carneiro de Fox Sports.
Pelusso ya eligió el lugar donde será
entrevistado para recordar paso a paso el camino de la Sudamericana. Un bar en
la rambla de Pocitos con terraza al mar. Lo que no imaginó el floridense es que
aquel rayo iba a dejar sin luz a medio Montevideo. Un rato después cesó el agua
y se armó el escenario de la entrevista al aire libre. Casi una obra de ingeniería
buscar el mejor plano, que no moleste el sol, que el viento, que los ruidos de
la rambla.
Pelusso va hasta el auto a cambiarse la
camisa y a maquillarse. Está en todos los detalles. Desde lo alto de un
edificio alguien le grita. Él abre los brazos y saluda. "Qué increíble es
Montevideo: en todas las esquinas encontrás un ex jugador de fútbol" dice.
Es Rodolfo Ariel Sandoval que baja, se abrazan y conversan unos minutos.
"Cuando yo llegué a la quinta de Racing en el 69, porque yo de Florida
vine a Racing, no sé si sabías? Sandoval jugaba en la Primera. Después el Pato
Galvalisi me llevó a Nacional y él junto a Walter Corbo pasaron a Peñarol"
recuerda Pelusso a Referi, testigo del encuentro.
Durante la entrevista Pelusso responde
sobre el primer partido frente a Liga de Loja. Después de Nacional, el club del
que se fue decepcionado hace un año y ocho meses: "Era un partido
especial, pero nosotros nos teníamos que concentrar en el partido y nada más.
Les propuse a mis compañeros que tenía que ser un partido de ajedrez. Y así fue
hasta que terminó, pero cuando me iba del Parque me cayó la ficha, porque yo
viví etapas muy especiales de mi vida en ese lugar" dijo Pelusso.
Santa Fe ganó 2-0 en Montevideo y en la
revancha disputada en Bogotá ganó Nacional 1-0, pero no le alcanzó para
clasificar: "Munúa hizo un planteo inteligente. Si querés ganar en la
altura tenés que hacer un buen planteamiento y aprovechar la oportunidad que
tengas. Nosotros tuvimos chances, pero no concretamos. Eso nos pasó en varios
partidos, no supimos definir y terminamos sufriendo", expresó el
técnico.
La lluvia cortó abruptamente la nota.
Todos adentro, a escuchar anécdotas de uno de los pocos entrenadores que fue
campeón en cuatro países distintos: "Yo trato de adaptarme a la
idiosincrasia de cada país. Al colombiano no le puedo sacar la cumbia del
vestuario, porque eso le da vitalidad y sale contento a entrenar. Al paraguayo
no le puedo prohibir el tereré porque le puede hacer mal al estómago, o que
hablen en guaraní. A veces les pedía permiso para sentarme con ellos y
escucharlos hablar en guaraní, aunque no entendía nada", dice
Pelusso.
La charla deriva hacia el futuro del
técnico. ¿Dónde le gustaría dirigir después de Santa Fe, después de haber
conseguido el título continental? "Primero, tengo contrato por seis meses
más con Independiente y lo voy a cumplir. Después no sé. ¿Europa? A qué voy a
ir a Europa. ¿A Medio Oriente? Menos, ya tengo 61 años y no pienso regalar un
año de mi vida en Catar. No lo sé: me gustan los buenos proyectos y a esta
altura de mi vida me fijo en eso antes que otras cosas".
Ya no llueve y aparece el sol. Hay que
armar otra vez la escenografía y seguir la nota: "Antes de la final contra
Huracán había un desborde emocional y eso nos jugó en contra. Es que ninguno de
los que jugaron ese día habían jugado una final continental. No me dejó
conforme esa final, pero acá hay que ser pragmático, acá se trataba de
ganar".
Después de llegar consecutivamente a dos
semifinales de la Copa Libertadores y quedar por el camino (2009 con Nacional y
2010 con Universidad de Chile), Pelusso logró el éxito internacional con Santa
Fe.
Luego de la nota trasladó de regreso a
los periodistas al puerto. En el camino frenó de golpe para que pasara un
muchacho por la cebra. "No te enojes" le dijo Pelusso. "Oh,
Gerardo, lo felicito. No le digo nada porque es usted" le respondió el
peatón. "Menos mal -comenta el entrenador-, dos metros medía".
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