El
fallecimiento de Alcides Edgardo Ghiggia trae el recuerdo de los zapatos de
fútbol de dejó en la capilla de San Cono tras la victoria de Maracaná y que
fueron robados sin saberse nunca quién fue el autor del robo. Luego surgió la
leyenda de la maldición que decía que mientras no aparecieran los botines de
Ghiggia Uruguay no ganaría nunca más una Copa del Mundo.
Un diario argentino, La Mañana de Córdoba, se hizo eco de la "maldición" y publicó el siguiente artículo, que tiene varios errores pero que muestra el interés provocado por lo ocurrido:
“No me pesa contar aquella jugada mil veces, fue algo importante”, rememoró “el hijo del viento”, que con su velocidad se convirtió en una pesadilla para los defensores brasileños.
“El gol fue lo que me quedó, porque aquí, a cada jugador nos pagaron 500 pesos por el partido ganado y 2.500 pesos por la obtención del título. Nada más”, recordó Ghiggia.
EL AGRADECIMIENTO
LA PÉRDIDA
Ghiggia relató que “algún tiempo después unos periodistas me dijeron que los zapatos habían desaparecido, y no supe más nada del asunto”. Cuando en 1954 los celestes no pudieron repetir en el Mundial de Suiza la hazaña de Maracaná, algunos fanáticos vaticinaron que “hasta que no aparezcan los botines que Ghiggia le regaló a San Cono, los uruguayos no conseguirán otro título mundial”.
EL
SANTO
Cada 3 de junio la imagen de San Cono es
sacada a las calles y recorre Florida en una peregrinación que congrega a 40 o
50 mil fieles, en la mayor manifestación de este tipo en Uruguay. En el museo
del Santo se exhiben las ofrendas que recibe, como joyas, dinero, medallas,
zapatos, pañuelos y miles de objetos para agradecerle favores o pedirle alguna
concesión especial. Junto a la imagen de San Cono pueden observarse la camiseta
celeste que vistió Julio Pérez en el Mundial de 1950 y la carta dejada por Sara
Méndez, una ex presa política, luego de encontrar a su hijo Simón, secuestrado
por la dictadura militar cuando nació y a quien buscó por casi tres décadas.
LA FRASE
LA FRASE
“Cada uno tiene su creencia, pero no
pienso que la desaparición de los botines (que le regaló a San Cono después del
Mundial del 50”) haya tenido influencia” en el hecho de que desde entonces
Uruguay no consiguiera otra Copa del Mundo, dijo Ghiggia.
LA MAÑANA de Córdoba
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