viernes, 17 de julio de 2015

La maldición de los zapatos de Ghiggia

El fallecimiento de Alcides Edgardo Ghiggia trae el recuerdo de los zapatos de fútbol de dejó en la capilla de San Cono tras la victoria de Maracaná y que fueron robados sin saberse nunca quién fue el autor del robo. Luego surgió la leyenda de la maldición que decía que mientras no aparecieran los botines de Ghiggia Uruguay no ganaría nunca más una Copa del Mundo.
Un diario argentino, La Mañana de Córdoba, se hizo eco de la "maldición" y publicó el siguiente artículo, que tiene varios errores pero que muestra el interés provocado por lo ocurrido:

Alcides Edgardo Ghiggia fue el autor del derechazo que el 16 de julio de 1950, faltando 11 minutos para finalizar el partido, venció al guardameta brasileño Barbosa y colocó el definitivo 2-1 que le dio el título a Uruguay. Aquel gol lo convirtió en un héroe deportivo para sus compatriotas, pero también lo obligó por seis décadas a contar una y otra vez su corrida por la punta derecha, la escapada al marcador Bigode y el disparo certero que sorprendió a Barbosa, quien esperaba que otra vez diera un pase a Juan Alberto Schiaffino, autor de la primera anotación celeste.
“No me pesa contar aquella jugada mil veces, fue algo importante”, rememoró “el hijo del viento”, que con su velocidad se convirtió en una pesadilla para los defensores brasileños.
“El gol fue lo que me quedó, porque aquí, a cada jugador nos pagaron 500 pesos por el partido ganado y 2.500 pesos por la obtención del título. Nada más”, recordó Ghiggia.
EL AGRADECIMIENTO
Contó que pocos días después de regresar con el título, marchó con otros jugadores a Florida, 98 kilómetros al norte de Montevideo, para ofrecer los botines que calzó en el Maracaná y “agradecer” a San Cono, el más popular santo de los uruguayos. “A Florida fui con Julio Pérez, fue Oscar Míguez, fue Schubert Gambetta; unos llevamos los botines, otros las camisetas”, explicó.


LA PÉRDIDA
Ghiggia relató que “algún tiempo después unos periodistas me dijeron que los zapatos habían desaparecido, y no supe más nada del asunto”. Cuando en 1954 los celestes no pudieron repetir en el Mundial de Suiza la hazaña de Maracaná, algunos fanáticos vaticinaron que “hasta que no aparezcan los botines que Ghiggia le regaló a San Cono, los uruguayos no conseguirán otro título mundial”.
EL SANTO
Cada 3 de junio la imagen de San Cono es sacada a las calles y recorre Florida en una peregrinación que congrega a 40 o 50 mil fieles, en la mayor manifestación de este tipo en Uruguay. En el museo del Santo se exhiben las ofrendas que recibe, como joyas, dinero, medallas, zapatos, pañuelos y miles de objetos para agradecerle favores o pedirle alguna concesión especial. Junto a la imagen de San Cono pueden observarse la camiseta celeste que vistió Julio Pérez en el Mundial de 1950 y la carta dejada por Sara Méndez, una ex presa política, luego de encontrar a su hijo Simón, secuestrado por la dictadura militar cuando nació y a quien buscó por casi tres décadas.
LA FRASE
“Cada uno tiene su creencia, pero no pienso que la desaparición de los botines (que le regaló a San Cono después del Mundial del 50”) haya tenido influencia” en el hecho de que desde entonces Uruguay no consiguiera otra Copa del Mundo, dijo Ghiggia.
LA MAÑANA de Córdoba


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