A medida que pasan las horas y la médica Milvana Salomone no aparece con vida, la Policía empieza a perder las esperanzas. La búsqueda continúa y ayer, en una reunión de la cúpula policial del Ministerio del Interior, se definió limitar las pesquisas a un círculo más reducido.
Los investigadores toman como lapso de
indagatoria de los pasos dados por la profesional, el que va desde el último
registro del GPS del celular, al lugar en donde fue encontrado el vehículo
prendido fuego. Esto, a su vez, limita tanto la cantidad de horas a investigar
como los kilómetros a rastrear en Montevideo, indicaron a El Observador fuentes
de la investigación.
El círculo íntimo de la mujer declaró el
miércoles ante la jueza Dolores Sánchez y la fiscal María de los Ángeles
Camiño. El hijo de 13 años, el esposo y el hermano de la médica concurrieron al
juzgado en calidad de testigos, junto al abogado Jorge Barrera, que representa
a la familia.
El hijo relató a la jueza y a la fiscal
que estuvo junto a su padre durante la tarde del domingo y aportó detalles al
respecto, informaron fuentes del caso a El Observador.
Confirmó que después de ver el clásico
entre Peñarol y Nacional en el Estadio Centenario fueron a su casa, en el
Parque Batlle, donde su padre se acostó a dormir una siesta. Al despertarse, el
padre notó que la ginecóloga, que había viajado a Florida a visitar a su madre,
no había regresado, por lo que la llamó por teléfono. Como no respondía, salió
a buscarla a centros asistenciales. Al constatar su ausencia, presentó la
denuncia policial por su desaparición.
La camioneta en que viajaba la mujer
ingresó a Montevideo en la tarde del domingo y se habría dirigido hacia su
casa. Al día siguiente, el vehículo fue encontrado incendiado en el barrio
Sayago, con dinero y la tableta de la profesional adentro. De esta manera, se
desmoronó la hipótesis de una rapiña. Ante la falta de un llamado pidiendo una
recompensa, también se debilitó la posibilidad de un secuestro.
En las últimas 48 horas quien ha
colaborado con la familia y la Policía en la búsqueda ha sido el vidente
Marcelo Acquistapace.
La familia de la ginecóloga le pidió
colaboración a Acquistapace, que aportó algunas “visiones”, informó una fuente
(ver apunte al final). La Policía focalizó la búsqueda en zonas similares a las
visualizadas por el vidente: el Cerro y Ruta 5. Sin embargo, la desaparición
sigue siendo un misterio.
EL CÍRCULO ÍNTIMO
La doctora emprendió el regreso de
Florida –donde fue a visitar a su madre enferma– cuando terminó el primer
tiempo del partido clásico. Una cámara de seguridad de una estación de servicio
de Florida muestra que la mujer cargó nafta a esa hora y subió sola al
vehículo. Sin dar mayores detalles, las fuentes dijeron que existe la certeza
de que la médica entró manejando a Montevideo. Sin embargo, nunca llegó a
ver a una paciente que la esperaba en el Británico.
Como sucede con cada desaparición, tanto
la Policía como la Justicia comenzaron a buscar información en el círculo
íntimo de la persona ausente. La médica proviene de una familia acomodada
económicamente: su padre, también ginecólogo, es propietario de una empresa
vinculada a la salud, y su marido es socio de una clínica de equipos médicos.
Una periodista, amiga de la ginecóloga,
también declaró ayer en el juzgado como testigo.
LAS VISIONES DE ACQUISTAPACE
El vidente Marcelo Acquistapace ha
colaborado reiteradas veces en investigaciones policiales. Aportó visiones
sobre la desaparición del niño Jonathan Viera, ocurrida en 1991 en Salinas; la
explosión de una cañería de Botnia, en 2009; la desaparición de Natalia
Martínez, en enero 2007; el accidente con siete sobrevivientes en el Río de la
Plata, en 2007; el homicidio de Paula Iglesias, en diciembre 2005; la
desaparición de Ana Paula Graña, en diciembre 2000; los asesinatos de Ana Luisa
Miller y María Victoria Williams, en 1993.
EL OBSERVADOR
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