La Jueza Letrada de Primera
Instancia de Florida de 1º Turno, Dra. María Fernanda Morales, dictó la
absolución del Jefe de Policía Departamental de Florida, que había sido
procesado por la presunta comisión de abuso de funciones tras participar de
incidentes acontecidos en una whiskería de Florida hace cuatro años.
Los hechos se desataron en la madrugada
del 2 de agosto del año 2011, cuando el entonces Jefe de Policía floridense
G.G.L.F. concurrió junto al Comisario Inspector W.G. y otros efectivos
policiales al prostíbulo denominado "Cachorras", en un supuesto procedimiento
de contralor. Lo hicieron sin identificarse como funcionarios policiales y
vestidos de particular.
Una vez dentro del local, y habiendo
entablado contacto con una de las muchachas que trabajaban en el lugar, se
produjo el ingreso al recinto de un grupo compuesto por cinco jóvenes (entre
ellos mujeres) que despertó la reacción y el reclamo incriminatorio de G.G.L.F.
hacia la encargada del establecimiento, al explicarle que "no podían venir
mujeres de otro lado".
AGRESIONES VARIAS
Según la información del Poder Judicial, la dueña del local se ofuscó ante estas palabras y le dijo que no eran ciertas, que en nueve años del funcionamiento del local jamás le habían informado de ello.
AGRESIONES VARIAS
Según la información del Poder Judicial, la dueña del local se ofuscó ante estas palabras y le dijo que no eran ciertas, que en nueve años del funcionamiento del local jamás le habían informado de ello.
El cabo que acompañaba al jerarca
policial responde insultando a la mujer y la llama "puta de mierda",
según consta en el informe judicial, lo que derivó en discusiones con los
jóvenes. El jerarca le pregunta a uno de los muchachos si sabe con quién está
hablando y le informa que es el jefe de Policía, algo que no le creyeron porque
"estaba de civil y tomado".
La situación se tensó y se expandió hacia
una sucesión de agresiones entre los efectivos policiales, el personal del
local y los jóvenes. Posteriormente, acudió un móvil policial a solicitud del
Jefe de Policía, que procedió a la detención de varios de los jóvenes; en su
interior se propinaron lesiones con golpe en el rostro hacia uno de los
detenidos.
El representante de la Fiscalía
Departamental solicitó el procesamiento con prisión del jerarca imputado como
autor responsable de un delito de abuso de funciones en casos no previstos por
la ley y un delito de abuso de autoridad contra los detenidos en régimen de
reiteración real. La solicitud fiscal se fundó en la conducta desplegada y
considerando, además, que los funcionarios a su cargo cometieron una serie de
irregularidades que se apartan de las normas que regulan el procedimiento
policial.
NO HUBO DENUNCIA, SÍ POCA LUZ Y MÚSICA FUERTE
Para la fiscal, el procedimiento policial de contralor no fue tal, ya que los policías fueron vestidos de particular, no anunciaron quiénes eran, no pidieron documentación a las meretrices y permanecieron en la barra ingiriendo bebidas alcohólicas.
NO HUBO DENUNCIA, SÍ POCA LUZ Y MÚSICA FUERTE
Para la fiscal, el procedimiento policial de contralor no fue tal, ya que los policías fueron vestidos de particular, no anunciaron quiénes eran, no pidieron documentación a las meretrices y permanecieron en la barra ingiriendo bebidas alcohólicas.
Sin embargo, la jueza Morales entendió
que no se reunieron elementos de prueba suficientes como para incriminar a
G.G.L.F. por la comisión de los delitos requeridos y, tras una exposición de
motivos, concluye que "no formó en el desarrollo del proceso la firme
convicción de la culpabilidad del imputado, analizando en forma crítica todas
las pruebas incorporadas, en especial la testimonial".
En su resolución, la magistrada apunta
que en la misma noche de los hechos, el jerarca estuvo en otro local de
similares características, no suscitándose allí ningún incidente, pudiendo
dialogar correctamente con el responsable del mismo.
En cuanto a la agresión padecida por uno
de los jóvenes involucrados, se indica que no se denunció la misma y que las
versiones al respecto son contradictorias. Además, no surge que la lesión de la
presunta víctima fuera constatada por médico forense y que la misma se
compadezca con el relato realizado respecto de la forma en que fue infligida.
Se añade que los detenidos y sus compañeros reconocieron estar alcoholizados,
surgiendo del cúmulo de declaraciones que el lugar contaba con poca luz y
música fuerte, lo que podría explicar que se haya elevado la voz durante los
diálogos acaecidos.
En suma, se dispuso la absolución del
encausado G.G.L.F. de los delitos que le fueran imputados inicialmente.
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