“Arriesgué mi carrera. Fui tratado como
un criminal. Me obligaron a dejar la concentración uruguaya y, si no lloré, fue
porque el entrenador estaba delante. Cometí un error. Fue mi culpa. Era la
tercera vez que me pasaba y necesitaba ayuda. Morder espanta a un montón de
gente, pero ninguna de las mordidas fue como la de Mike Tyson a Evander
Holyfield, aunque eso a nadie le importa”, se lamenta Luis Suárez en el libro.
Pero ni hablar, “haz fama y échate a
dormir”, reza un dicho, no la autobiografía de Suárez, quien mira ahora que, al
menos en su caso, las palabras sobran, y que sigue vigente en la lista de
bromas a sus costillas.
YAHOO.DEPORTIVO
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