martes, 2 de septiembre de 2014

La heroína del Santa Lucía

La profesora de Educación Física Daniela González, docente del Liceo Nº 3 de nuestra ciudad y que también trabaja en la Piscina Municipal, protagonizó el pasado sábado un heroico rescate cuando un niño cayó al río Santa Lucía Chico junto a la represa del Prado, y fue arrastrado por las aguas. En diálogo con EL HERALDO, González narró cómo ocurrieron los hechos y nos cuenta que no es la primera vida que salva.
MUY RÁPIDO TODO
“Fue el sábado pasadas las trece horas. El nenito estaba en la piedra que está dentro del agua, pegada a la represa, frente al Parador. Estaba ahí sentado y se cayó. Yo estaba del otro lado del río en la plataforma desde donde se tiran los chicos en verano. Estaba tomando mate con una amiga y ella me avisa que el nene se había caído, porque yo no lo vi. En un segundo me saqué los championes y me tiré al agua; estaba vestida, de vaqueros y camisa. El agua estaba helada, yo nunca había hecho un rescate en invierno, había hecho sí un par de rescates en verano. Cuando llego al nene éste estaba boca abajo en el agua, lo dí vuelta y no reaccionaba, no estaba respirando, estaba en apnea. En ese instante pensé que estaba muerto” relató González.
LA SALVACIÓN
“Ahí veo un muchacho que estaba en la piedra; el muchacho se metió al agua y empezó a acercarse. Le doy el niño vuelta otra vez boca arriba, lo agarra, y lo puso sobre la piedra. Yo estaba preparada para hacerle RCP (Reanimación Cardio Pulmonar), pero cuando el muchacho lo agarra el nene tomó una bocanada de aire y ahí lo saca, se lo pasa a la esposa que estaba arriba de la piedra y ahí la muchacha lo abriga. Controlamos que no le hubiese entrado agua, no le había entrado por suerte, y ahí esperamos que viniera la ambulancia”.

EL AGUA HELADA
“El nene estaba solo, se había escapado, estaba en las hamacas de Adeom parece, y se fue hasta la represa. En otro verano ya me había tocado hacer un rescate doble, una madre y un hijo, en ese mismo lugar, del lado habilitado de las boyas. Pero en verano es diferente porque la temperatura del agua es distinta y vos tenés dominio de tu cuerpo. Con el agua congelada vos no tenés dominio, además es como si el agua te cortara, te corta y no te deja respirar, es tremendo. La corriente aunque era suave lo arrastró unos seis metros de la piedra o más; y el nene se había caído al lado de la represa. Cuando mi colega me dice “se cayó al agua” salí corriendo, le grité que llamara a la ambulancia y a la policía y tá, había que llegar” recuerda González.
LE DIO FUERZAS
“Tengo una hija de 18 años, y en un momento con el frío del agua, que no podés respirar, pensé “ta, hasta acá llegué, me toca a mí, me muero”, y pensé en mi hija. Ahí tomé fuerzas y alcancé al nenito y lo arrastré conmigo” agrega la docente.
“Trabajo en el liceo Nº 3 y en la Piscina, y en el verano apoyo a los guardavidas. Soy profesora titulada, y no soy guardavidas, pero tengo experiencia de trabajar en verano. Aparte no me esperaba algo así. En verano estás atento porque en cualquier momento tenés que salir a hacer un rescate, pero el sábado yo estaba en mi tiempo libre, no tenía la cabeza pensando en que algo podía pasar”.
EL HERALDO

1 comentario:

  1. Heroismo y amor de madre para que la adrenalina fuera suficiente ,¡BRAVO, DANIELA!

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