Esposas, comunicaciones y antecedentes en el copamiento

(Foto de diario El Heraldo)

“Ellos también hablaban por handy ”, dijo Juan Luis Arrospide a FloridAdiariO que llegó a escuchar escuetamente las comunicaciones entre los delincuentes. Tampoco era la primera vez que llegaban hasta la propiedad ubicada a poco más de 20 kilómetros de Florida.
En oportunidad del copamiento a la familia Márquez, en marzo de 2012, más de una persona estuvo en los alrededores de la casa. Fue poco rato antes de que la familia de San Gabriel terminará también maniatada y encañonada.
“Vieron que había gente y que comenzaron a llamar por teléfono. Y entonces se fueron y después, nos enteramos que habían robado a Chiche”, se recordó ahora a FloridAdiariO.
“El Chiche” fue a visitar este domingo a su “vecino” de pocos kilómetros, con quien coincidieron en la especulación de que ambos hechos puedan llegar a tener relación.
Uno de los aspectos es la “profesionalidad” de los atracadores. En ambos casos maniataron y separaron personas, ingresaron a las casas “casi como pericos”, y encañonaron con armas de grueso calibre siempre solicitando dinero.
“Chiche” también recordó a FloridAdiariO que los atracadores llegaron a mencionar que tenían datos policiales y que incluso, ellos desempeñaban esa tarea.
Si bien Arrospide no recuerda haber escuchados ahora estas vinculaciones, si sostuvo que le llamó la atención la maniobra, tanto por como ingresaron como por las comunicaciones entre ellos, que se hacían vía handy.
Al llegar a la casa de la familia Arrospide, un timbre con comunicador, un sensor, un portón de rejas y luces, franquean el paso. El portón sólo se abre desde adentro en forma electrónica y si alguien pasa sin permiso, se activan luces y sonido.
Este sábado, nunca se activó. Los copadores lo franquearon y al llegar ya habían cortado un teléfono fijo – “igual que en casa”- recordó Márquez, y luego terminaron por retirar los teléfonos celulares.
Durante el copamiento la familia nunca estuvo “sola”. Cuando vinieron al escritorio en Florida, dos de los copadores quedaron custodiando en el campo. Cuando se fueron establecieron una regla: “esperen media hora a que nos vayamos”, hecho que los Arrospide cumplieron por el gran temor generado en casi tres horas.
Y un detalle más: si bien Juan Luis fue apresado con esposas, éstas se las retiraron al irse y las cambiaron por un cinturón.
La policía indicó este lunes que hubo un profundo trabajo de Policía Técnica en el lugar y que el monto del robo asciende a 50.000 pesos y 3.000 dólares. El caso sigue siendo investigado.
FLORIDADIARIO