Eso es lo que surge de los comentarios de familiares, amigos y allegados de Marilyn Tucuna, Chela como la conocían todos en el pueblo, quien a nadie le manifestó que hubiera algún tipo de amenazas por parte del matador, Luis Estela, pareja de la mujer en este último tiempo.
El horrendo crimen se calcula que ocurrió entre las 20 y las 21.30 horas, lapso en el que Marilyn Tucuna se retira de la peluquería y vuelve a su casa y es encontrada en un charco de sangre por su hija. Un llavero con la inscripción COMEF, empresa en la que se encontraba trabajando de Chofer el matador, fue la pista que dirigió a la policía a la casa del mismo encontrándolo colgado y habiéndose efectuado un disparo con un arma de fuego.
La escena del crimen, según comentarios de vecinos, es digna de una película de terror. La misma testimonia una feroz lucha dada por la mujer que se defendió como pudo del agresor. La palangana del baño partida al medio, sangre diseminada por toda la casa, pero fundamentalmente el cuerpo con más de 10 puñaladas y el rostro desfigurado de la mujer dan cuenta de la brutalidad del asesinato.
En primer término la hija al encontrar en un baño de sangre a su madre pensó en un suicidio, pero al llegar la policía esta inmediatamente se dio cuenta de que había sido un crimen. Esas dos noticias, una tras la otra conmovieron, al pueblo en poco más de media hora. Poco rato después ya se tenía al sospechoso, un hombre que había llegado a la zona hacía poco más de un año y que vivía a unos cinco kilómetros de la localidad.
Para culminar con el drama la policía encuentró en su domicilio al matador, ahorcado y con un tiro en la cabeza.
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