En su audición radial por M24, el Presidente de
“Un estado de derecho, y el Uruguay lo es, significa el escalón más alto que por ahora logró la humanidad para garantizar los derechos del individuo y de la gente. Por eso frente a lo que fueron las monarquías divinas y todos los abusos nobiliarios de las aristocracias, un estado de derecho en el seno de una república democrática, con todos sus bemoles, es un paso superior en materia de civilización. Pero aquí también se generan brutales patologías”.
Aseguró que se fueron generando “formas parásitas de picapleitos que viven escudriñándole los intestinos al Estado y terminan en muchos casos robándole suculentas sumas”. En este sentido, dijo que alguna vez pensó que los malos procedimientos jurídicos del Estado implican que en el país existe “una Facultad de abogados tontos donde van los que trabajan en el Estado y otra Facultad de los abogados vivos que son los que le ganan los pleitos al Estado”, pero aclaró que “la cosa no es así, porque por todas partes hay buenísima gente, pero están los que generaron el gran oficio de picapleitos y que viven parasitando a costillas del Estado y terminan a veces robándole fortunas”, reiteró.
PICAPLEITOS GARRONEROS
Mujica consideró que la opinión pública debe saber que “en este pequeño país hay reclamaciones de carácter jurídico contra el Estado que pueden tener la estatura de todo el capital del Banco de
El jerarca enfatizó que “picando pleitos se tiende a llevar millones y millones de garrón” y se refirió a un caso, hace muchos años, que “alguien invirtió 250 mil dólares —más o menos— en un negocio que no caminó y donde el Estado seguramente cometió errores. Pasó el tiempo y por demanda de esto y lo otro, y con tal o cual papelito, terminan pidiendo un pedazo del país”.
“Estas cosas pasan, pasaron y hubo tentativas de esto, porque hay un oficio y lo peor es que después uno siente a estos picapleitos opinar de la democracia, del estado de derecho, de las garantías constitucionales. Engolan la voz y hablan en sesudos programas a diestra y siniestra, y no son otra cosa que parásitos del sistema jurídico que tratan de medrar con los recursos, no del Estado —porque esto es una forma eufemística de hablar—, lo que termina pagando el Estado, en el fondo lo paga el pueblo que trabaja”, añadió.
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