Acompañado por el dirigente cooperativista de la nueva curtiembre El Águila, Gustavo Pastorín, EL HERALDO realizó este lunes una recorrida por las instalaciones de la planta industrial de la mencionada cooperativa, situada en el sur de la ciudad de Florida, donde termina la calle Wallerstein.
La curtiembre se afincó en dicha zona en la década del ‘40 y tras varios cambios de nombre (El Águila, Kladil y Kindale) con apoyo del gobierno nacional y departamental y del cooperativismo nacional la planta ha resurgido como una cooperativa de trabajadores significando una fuerte apuesta empresarial sin parangón alguno en todo el país, salvo contados proyectos de menor envergadura.
EL HERALDO buscó saber la realidad de una planta que es ahora gestionada por un total de 241 trabajadores, aunque actualmente sólo estén trabajando poco más de 60.
En rasgos generales la planta se encuentra en un estado óptimo para cumplir con los requerimientos del mercado. Cuenta con maquinaria acorde para cumplir trabajos de calidad con la finalidad de abastecer los mercados de China, Chile, Estados Unidos y Brasil principalmente en la industria automotriz, de la vestimenta y el calzado.
“Trabajando hay 60, básicamente en mantenimiento y algunos en la clasificación de cueros. La planta arrancó el 1º de abril y se trabajó hasta la semana pasada. Ahora se está esperando nuevos encargues para ir avanzando y poder darle la continuidad que el proyecto demanda”, indicó Pastorín.
Básicamente el curtido de los cueros que ingresan a El Águila se hace con cromo, aunque hay cueros que son libres de cromo, llamados cuero vegetal y que presentan otra intensidad.
Aunque el espacio físico de la cooperativa El Águila es de 18 hectáreas , sólo cinco están ocupadas por los galpones donde se procesa el cuero y se lo deja pronto para su comercialización en una producción netamente floridense que mantiene un estatus de exportación a pesar de los vaivenes que ha tenido la empresa en los últimos treinta años.
En lo que refiere a la maquinaria, al parque industrial propiamente dicho, la misma cuenta con diversas máquinas de procesamiento del cuero, en su mayoría de origen italiano, de la década del ‘80.
“La tecnología es la misma que tienen otras empresas similares, lo que pasa es que la mayoría está más tecnificada o más computarizada, nosotros decimos que están más robotizadas que la nuestra. Acá todo el proceso es más artesanal, tanto del curtido como la elaboración del cuero. No obstante ello la maquinaria que aquí usamos es la misma que se usa en todos lados”, sostuvo Pastorín.
Funcionando “a full” la planta de El Águila puede dar trabajo hoy en día de 220 hasta 300 personas. Incluso “en las épocas buenas” se trabajó con 340. Se trabaja en tres turnos rotativos, cada uno de 8 horas.
En esta primera etapa se trabajará con façoneros, que tienen conexiones con los mercados de China, Brasil, Chile y de Estados Unidos. Es decir que “en esta primera etapa no se va a vender directo a los clientes. Ellos, los façoneros, se encargan de hacer los negocios y nosotros solamente de hacer el trabajo de acuerdo a los encargues solicitados”, se dijo.
PROBLEMAS EDILICIOS
Al ingresar a la parte llamada “la rivera”, donde están los fulones que toman el primer contacto con los cueros, previo al proceso de descarnado a través de las trinchadoras, no se puede dejar de mirar el mal estado que presentan los techos del galpón. Pastorín dijo que “es evidente el mal estado edilicio que presenta la planta en varios puntos, principalmente en los techos los cuales deben ser reparados cuanto antes. De todas formas ello no impide que el trabajo se realice con la calidad que se necesita.”
Una de las razones que se esgrimió por el mal estado edilicio fue que en los últimos diez o veinte años no se hizo una inversión en la mejora de la planta. “Las mejoras que se hicieron fueron de ampliación porque la planta lo demandaba, pero no se hizo un mantenimiento edilicio y de eso somos conscientes que debemos afrontar también ese desafío cuanto antes”, recalcó.
Diario EL HERALDO
No hay comentarios:
Publicar un comentario