sábado, 21 de mayo de 2011

La Policía pone el ojo en zonas rurales

La Policía Comunitaria de Florida fue pionera. Al cumplir 11 años expande su jurisdicción al área rural. En Canelones la Policía también creó un servicio de vigilancia en zonas rurales, donde el delito ya es problemático.
Los agentes que arrancaron en bicicleta hoy cubren una población de más de 15.000 personas y ahora llegarán a toda el área rural. Al llegar al cruce de Javier de Viana y Los Paraísos, un agente saca una tarjeta y se la entrega al vecino.
"Ante cualquier hecho irregular, no dude y llámenos. Estamos al servicio de la comunidad", dice el mensaje en donde se ofrece un teléfono celular de contacto las 24 horas.
Este es uno de los nuevos puestos de la Policía Comunitaria en el barrio Florencio Sánchez, pero no es el primero ni el segundo, ya que en Florida, el servicio ya cumplió más de una década y comenzó a ampliarse.
Pionero, el hoy subdirector de Asuntos Internos, Alberto González, recordó hace poco más de un año a El País que hacía una década se instalaba esta oficina que era mirada de reojo y recién ahora está siendo implementada en otros departamentos. "El 8 de noviembre se cumplieron 11 años y sigue vigente. Es cierto, fuimos los primeros por iniciativa propia. Habíamos estado participando de una experiencia en España, así que decidimos ponerla en práctica y vino muy bien".
Cinco agentes en bicicleta comenzaron a acercarse a los barrios. "Parece increíble, pero la acción era pedaleando", cuenta. Se involucraron con la población, las organizaciones civiles, las escuelas y centros barriales. Poco a poco se hizo costumbre. Los vecinos comenzaron a colaborar y también a presentar sus problemas. Quejas, ruidos molestos, asuntos de vecinos, de carencias sociales.
"El trabajo se ha venido realizando lento pero seguro, y si bien los tiempos han cambiado, nuestra tarea sigue siendo una sola: involucrarse en los barrios y lograr una buena labor prevento-represiva", explicó entonces González.
RURAL
Esta semana con la presencia del ministro Eduardo Bonomi, la cúpula jefaturial floridense presentó la Policía Comunitaria Rural, un plan que abarcará 15 comisarías, 49 zonas, 54 policías, 34 vehículos, 18.200 kilómetros a recorrer y 2.438 establecimientos monitoreados en todo el departamento. El jefe de Policía, Gustavo Layes, dijo que el nuevo plan "no sería posible sin la colaboración de la sociedad".
Y es que al Centro Comercial de Florida que ya aportó varias motos para el patrullaje en la ciudad, ahora se sumaron la Asociación Rural y la Sociedad de Productores de Leche, también con el aporte de vehículos.
"Esto además de muchos programas de distintos organismos que ya van al área rural y ahora se trabajará en forma coordinada". El comisario Fernando Bosch, director de Seguridad, recordó que, "infelizmente", los casos sin resolver en Florida en los últimos años fueron todos en el interior.
"Tenemos tres copamientos y un homicidio sin aclarar en zonas de Mendoza, Chamizo, Fray Marcos y Goñi".
Bosh explicó que el campo plantea otra realidad. "La forma de llegar al vecino es visitándolo y la única forma de hacerlo es yendo a cada lugar".
Por ello, en promedio, dos agentes por seccional o destacamento, tendrán asignadas en cada zona la visita de determinada cantidad de productores en recorridas cada 30 o 60 días.
Por ejemplo, la zona de Goñi de 750 kilómetros cuadrados y 450 habitantes, al norte, se dividió en cinco áreas de 12, 29, 43, 32 y 40 productores para los que se deberán recorrer 1.200 kilómetros para visitarlos.
CRECIMIENTO
En los inicios, en la ciudad, de cinco agentes se pasó a diez funcionarios en diferentes barrios de la capital: Floridablanca, San Cono, Prado Español, Piedra Alta, Plaza Artigas y San Fernando.
Para la expansión del plan "hubo nuevos policías. Después se pasó a Sarandí Grande y, ahora en todo el departamento, localidad a localidad".
Tanto en la ciudad como en el campo, y según un censo previo, el plan tuvo una aceptación del 100%.
Los vecinos ven con buenos ojos la expansión. "Acá el servicio estuvo un tiempo y después lo cortaron. Andaba muy bien, así que se lo recibe de nuevo con el mismo interés", dice José Piedrabuena, radicado desde hace varios años en la zona de Florencio Sánchez.
Allí el sargento Sergio Da Rosa está a cargo del primer turno. "Acá están los principios de esta fuerza que no son los de reprimir sino apoyar a la ciudadanía, atender reclamos de la gente mano a mano y no sólo lo policial, sino los hechos y problemas sociales, desde una escuela hasta un comedor o un foco carenciado".
Información que resolvió delitos, aclaración de todo tipo de hurtos, un relevamiento en el barrio Prado Español de personas sin cédula de identidad y su posterior entrega gratis; donaciones de libros, túnicas, moñas, zapatos y championes en las escuelas de la jurisdicción, son sólo algunos de los registros que detalla la oficina en Florida a cargo de Jorge Mañana. "La cuestión pasa por el acercamiento y por mantener siempre ese perfil de comunidad, tal como lo dice el nombre", recuerda.
PERFIL
No menos de cinco años en la calle, alto contacto con la ciudadanía, valoración del trato con la prensa, la ciudadanía, las organizaciones sociales y la resolución de problemas reales e hipotéticos, trazan el perfil necesario y el condicionamiento para integrar el cuadro del personal comunitario.
"Hoy, desde el Ministerio del Interior, existen directivas de instalar la Policía Comunitaria en otros puntos. Han habido programas similares como el de proximidad y alto contacto, pero nosotros siempre insistimos con el comunitario", se explicó. Así, la iniciativa se replica en igual medida en Canelones, también de la mano de un agente floridense, que llevó los mismos planes al vecino departamento. "El proyecto a largo plazo es insertar al policía comunitario en todo el departamento", se remarca. "Hay que formar gente joven, nuevos policías y ver quiénes reúnen todas las cualidades que se necesitan para acompasarlo con el medio social que también cambia", indicó el jerarca.
El País Digital

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