lunes, 26 de abril de 2010

Doméstica y comerciante implicados

Una mujer de 31 años, de iniciales M.E.M., confesó que desde hace unos 20 días venía cometiendo robos en la propiedad donde trabajaba. La Policía había detenido a la mujer tras la denuncia su empleadora, una mujer de 40 años de iniciales G.M.B.
M.E.M. estaba trabajando como empleada doméstica en la casa de G.M.B., en la ciudad de Florida.
G.M.B. denunció que desde hacía unos 20 días había comenzado a notar que faltaban cosas de su domicilio.
Primero fue una mochila beige, luego 200 pesos de un monedero, después 2 mil pesos que estaban en un bollón, sábanas con funda, entre otros artículos.
El viernes 21 de abril, decidida a descubrir las maniobras de la empleada, le revisó el bolso.
Al revisarlo se encontró con que la empleada le estaba llevando cuatro bolsos de abrigo de sus nietos y una bolsa de joyas.
Ante esto, el esposa de la denunciante decidió revisar minuciosamente la casa, encontrando que faltaban muchas cosas valiosas, como dos anillos de oro con perla blanca y con piedra roja, una malla de pulsera de oro, monedas antiguas, una esclava de oro 12 quilates una caravana de oro.
La empleada no sólo confesó que venía robando en la casa de sus patrones, sino que delató a E.S.R.G., un comerciante de nuestra ciudad dedicado a la compra y venta de oro, a quien la doméstica le había vendido casi todo lo hurtado.
E.S.R.G. confirmó lo dicho por la denunciada, mostrando las boletas de compra venta de los objetos. El comerciante devolvió las joyas compradas, aunque algunas ya habían sido fundidas.
La Justicia determinará la responsabilidad del comerciante, que no tenía por qué saber que lo que compraba era producto de un robo.
Diario EL HERALDO

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