sábado, 13 de marzo de 2010

Cadena de violencia en los liceos de Florida

Por ALEXIS TRUCIDO

El acuerdo que sellaron los directores de tres liceos de Florida con la policía local, y que provocó urticaria en Secundaria, puso de relieve un problema que desde hace un año azota a ese departamento: la violencia en los centros educativos.
Un adolescente apuñalado en un liceo; un funcionario de una escuela técnica golpeado por estudiantes; una madre que agarró a una profesora por los pelos; insultos, amenazas de muerte y la reciente fuga de un recluso que había acudido a rendir examen de dibujo, son algunas de las piezas del perverso rompecabezas en que se ha transformado la vida liceal en Florida.
"La problemática en la Educación Secundaria en materia de seguridad", a juicio de la policía local, ha experimentado tal crecimiento que llevó a elaborar un plan de acción coordinado con la dirección de los tres liceos de Florida; un plan tan singular que tomó por sorpresa a las autoridades de Secundaria -que desconocían esa iniciativa- y motivó el llamado de los directores a Montevideo.
Florida ha estado desde el año 2008 en las planas de la prensa por una serie de incidentes, algunos de carácter insólito, que se han producido en los centros educativos.
VIOLENCIA
En el mes de octubre de 2008, un adolescente de 17 años fue apuñalado por otro menor de 13 en el liceo Nº 3, del barrio Piedra Alta. El más joven hirió a su compañero con una navaja que tenía en su bolsillo. En esa oportunidad, la directora del liceo, Beatriz Montaño, se excusó de hacer declaraciones. En mayo de 2009 se volvió a registrar un caso de violencia dentro de un instituto de enseñanza. Marcel Laudicio, un funcionario de la Escuela Técnica de Florida, de 23 años, fue golpeado varias veces por cinco jóvenes de entre 13 y 14 años cuando les pidió que se retiraran de un pasillo. Laudicio hizo la denuncia en la policía, y el director del liceo, Juan José Malacrida, señaló en esa ocasión que los jóvenes "tenían varias observaciones de conducta".
En junio, en la localidad de 25 de Agosto, una profesora de 23 años denunció a una adolescente de 17 años de edad por "amenazas de muerte e insultos", dentro del liceo.
En setiembre, la Policía Comunitaria local debió acudir a un liceo ante el llamado de su directora, por los daños que había ocasionado un alumno muy alterado, a quien la psicóloga del liceo había acusado de consumir "alguna sustancia".
Ese mismo mes, los agentes de la Seccional 1ª intervinieron entre dos adolescentes de 12 y 13 años de edad, que se agredieron a la salida del liceo. Uno de ellos fue internado por las heridas y el padre radicó una denuncia.
FUGA
Aunque esos casos, tomados como ejemplos aislados, podrían no generar alarma en una capital de las dimensiones de Montevideo, son síntomas de un fenómeno inquietante para una ciudad de 35.000 habitantes como Florida.
El caso que quizás desbordó el vaso de la paciencia policial ocurrió a comienzos de febrero de este año.
Un joven que se encontraba preso por tráfico de drogas en Florida, acudió a rendir examen de dibujo al liceo 1 y aprovechó la ocasión para fugarse. Aún está en paradero desconocido.
El preso, conocido como "El droga", había llegado esposado y con custodia a rendir la prueba. Una vez en el centro educativo fue liberado para dirigirse al salón de clases.
"El droga" -hay que reconocer sus aptitudes- rindió el examen y salvó con nota 8, pero después de concluida la prueba pidió permiso para ir al baño y por allí se fugó a través de una banderola, poniéndose lejos del alcance de la policía que custodiaba la entrada principal.
INICIATIVA
Con fecha 26 de febrero, la policía local redactó una circular que sometió posteriormente a consideración de los directores de los liceos y de la Escuela Técnica, en una reunión celebrada el 4 de marzo, en la que participó el comisario de la Seccional 1ª y personal de la Policía Comuntaria. Conseguido el apoyo de los directores, la circular fue distribuida a la prensa que se hizo eco de la noticia, ya que incluía algunos puntos muy llamativos, como la colaboración de la policía para investigar "las causas de la inasistencia liceal" o "determinar la problemática familiar del alumnado que pueda repercutir en su desempeño en el centro educativo".
A través de la prensa las autoridades de Secundaria se enteraron, no sin sorpresa, de la existencia de una reunión, cuyos detalles desconocían, y de una iniciativa de los educadores que no contaba con ninguna directriz ni aval del Consejo.
"Probablemente también se enteraron entonces de los proBlemas que se están viviendo desde hace tiempo en Florida", dijeron fuentes locales vinculadas a la educación.
EXPLICACIONES
La directora de Secundaria, Alex Mazzei, reaccionó declarando que "de ninguna manera la competencia de la Policía Comunitaria es controlar inasistencias, ni se lo vamos a permitir".
Mazzei anunció su intención de trasladarse ayer a Florida para conocer la situación sobre el terreno. Sin embargo, no fue a Florida sino que convocó a Montevideo a los directores de los tres liceos (Pablo Rivero, Marta Viera y Beatriz Montaño) para que dieran explicaciones.
De esa reunión, que tuvo lugar ayer de mañana, surgió un comunicado en el que se resalta la tradicional colaboración de "la Policía Comunitaria con los Centros Educativos cuando se le ha requerido", y también se precisa que "los Directores tienen claro cual es su rol y responsabilidad; por lo tanto, lejos está de sus intenciones delegar atribuciones que les son específicas, que deben ser atendidas y resueltas en el seno de las comunidades educativas".
De la reunión también surgió un acuerdo para "elaborar en conjunto un proyecto que será difundido oportunamente".
"Agarré a la profesora de los pelos"
A mediados del año pasado, Henry, un chico de 14 años, fue protagonista de uno de los tantos incidentes que ocurren en la Escuela Técnica de Florida.
El menor, según el relato de su madre, "se peleó con un chiquilín. Lo agarró del pescuezo y una profesora lo cinchó de los pelos, a mi hijo, y lo empujó".
La reacción de la madre, Silvia Cardozo, de 38 años, no se hizo esperar, ya que, cuando "el chico llegó a casa llorando, yo me fui hasta allá".
Luego, contó: "Yo sé que reaccioné mal, que reaccioné con toda la furia. Entré al salón de la escuela, agarré de los pelos a la profesora y le dije que ella no era quién para pegarle a mi hijo".
Silvia Cardozo, madre de 10 hijos, decidió dejar de enviar al joven a estudiar.
CIRCULAR
"Se lleva a conocimiento de la población que (...) se ha instaurado en todos los centros de estudio de secundaria públicos un programa de asistencia personalizada por parte del Cuerpo de Policía Comunitaria en coordinación con las respectivas direcciones", reza la circular que distribuyó la Policía de Florida.
"La finalidad del presente (acuerdo) es establecer pautas para la actuación del Cuerpo de Policía Comunitaria en los centros de secundaria".
Entre las tareas que se atribuyen a ese Cuerpo están las de "complementar la labor socio-investigativa sobre las causas de la inasistencia liceal", "determinar problemática familiar del alumnado que pueda repercutir en su desempeño en el centro educativo y "mantener niveles de seguridad interior y exterior próximo a cada centro".
El País Digital

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