jueves, 24 de diciembre de 2009

Un voraz incendio destruyó una finca

Poco antes de las 2 de la madrugada del miércoles un voraz incendio se desató en la finca Nº 664 de la calle Calleros, entre Rodó y Rivera, propiedad de la familia Peña-Silva.
El foco ígneo se desató en una pieza que se encuentra al fondo de la casa principal, donde dormían tres menores de 14, 15 y 18 años, hijos de Iris Silva y Juan Antonio Peña, quien en el momento del incendio estaba trabajando en la Curtiembre.
La madre dormía junto a sus otros dos hijos más chicos en la casa que se encuentra separada de la pieza donde se desató el incendio.
El incendio fue por un ventilador que se recalentó y produjo un cortocircuito. El fuego quemó primero el ventilador, y luego unos nylon que cubrían la ventana. Las llamas alcanzaron el cielo raso de plástico y en pocos segundos la habitación ardía en llamas.
Los tres menores que dormían en el lugar pudieron reaccionar a tiempo y salir ilesos. Pero la voracidad del fuego no les permitió sacar nada del lugar, que se quemó íntegramente.
El fuego quemó la instalación eléctrica, el techo de chapas y tirantes de madera y las aberturas, que quedaron totalmente carbonizadas.
Los vecinos comenzaron a apagar el fuego con baldes de agua y una manguera, hasta que llegaron los bomberos y se logró sofocar el siniestro.

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