martes, 17 de noviembre de 2009

Internan cuatro por mes por alcohol y drogas

Por ALEXIS TRUCIDO

Hay niños que toman alcohol desde los 9 años. También padres que comenzaron a permitir que sus hijos realicen la "previa" en su casa bajo su consentimiento. Y cuatro internados por mes por consumo problemático de drogas.
"Aunque hay situaciones complejas, en general lo calificamos como preocupante", explica Victoria Fernández, secretaria de la Junta Departamental de Drogas de Florida. Y si bien cuatro internaciones por mes es un número relativamente "bajo", podrían ser muchas más "si más gente se atendiera", reconoce Cecilia Serena, coordinadora de la Junta creada hace más de cuatro años y que funciona, prácticamente, en forma honoraria.
Durante 2009, en una iniciativa en conjunto del colegio High School con el apoyo de la Junta Nacional y la ONG "El Abrojo" se desarrolló el proyecto "Siembra", que busca crear "caminos alternativos", tanto para niños como jóvenes que aún no son parte del problema, como para aquellos que buscan una salida.
"Siembra" llegó a las escuelas 33, 8, 9 y 27, Centros Caifs, Clubes de Niños, Aldeas Infantiles, el Centro Juvenil de INAU, el colegio High School y a otros centros. Allí la tarea es de prevención y educación a partir de edades muy tempranas, tratando de que tomen conciencia en hábitos de estilos saludables. Es el primer año que Florida integra un plan entre instituciones públicas y privadas.
En esta etapa hay educadoras y maestros que ya se están preparando. Por eso los dos programas de "habilidades para la vida y para la huerta", explica Serena.
Además, la Junta inició el proceso de crear un mapa más concreto de la realidad. "Sabemos que es un número importante, que hay accidentes provocados por los jóvenes que toman cerveza en las motos, que en el parque en la noche hay quienes consumen unas sustancias más adictivas que otras", indicaron. Pero aún no se conoce la realidad completa. Para saberlo, el sociólogo Dante Stefano está a punto de finalizar una encuesta sobre consumos en Florida. Se trata de sondear todo lo relacionado al tema en instituciones.
"UN CLICK"
La problemática del consumo de drogas hizo "un click" en Florida. En los últimos años, el cierre de diferentes bocas de venta, la captura de "vendedores fuertes" para el medio y el crecimiento de comportamientos violentos entre los jóvenes dejó al descubierto el alto consumo existente.
Y la Junta no escapó a este quiebre. "Nosotros decimos que últimamente se ha provocado un destape. La Policía, la Justicia y otras entidades nos mandan a los chicos o adultos -que también existen- con adicciones e iniciamos las coordinaciones para su derivación o tratamiento.
Hay cuatro por mes, pero hay casos solicitados por los propios chiquilines que consumen porque no pueden superarlo. Incluso hay un grupo de padres que también apoyan a otros, ya que la familia necesita contención.
La Policía también sabe de las consecuencias del alcohol como droga peligrosa. "Hasta cierta hora de consumo sabemos que son controlables, después no", explica el comisario Leonardo Guardia, a cargo de la seccional 1ª. Varios de sus agentes lidiaron el pasado mes con un grupo que apedreó dos patrulleros y obligó a los agentes a replegarse.
UNA LUCHA BASADA EN EL TRABAJO HONORARIO
La Junta Departamental de Drogas se nutre fundamentalmente de colaboradores de todo tipo, principalmente técnicos. La Organización de Estados Americanos (OEA) ha hecho algunos aportes.
"Esto es como ir contra la corriente. Se va detrás del flagelo, con pocos recursos, y muchas ganas y conciencia en saber que esta gente que se está destrozando va a estar formando parte de la vida de nuestros hijos. Es una impotencia saber que no se puede hacer mucho", dice Cecilia Serena.
No obstante hay empuje. "Nosotros trabajamos en forma honoraria, la gente de El Abrojo pone de su tiempo y nos ayudan a salir adelante; los maestros están fuera del horario escolar y esto no se lo paga nadie. Ellos entienden que esto va más allá de las Matemáticas e Historia. La educación no formal está ubicada en un lugar no preponderante y sin esa educación no se sale adelante, hay un montón de cosas que también se aprenden en el intercambio", agrega.
Quienes hacen la huerta y cultivan, quienes enseñan e instruyen, tampoco cobran. "Esto va más allá de la huerta, pasa por un cambio de hábitos y la gente lo sabe. Es dedicar este tiempo extra para estas personas que sí lo necesitan", afirman.
El País Digital



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