miércoles, 12 de agosto de 2009

Ulises Passarella deslumbró en Seul

Por ALEXANDER LALUZ

Fue un descubrimiento y una sorpresa para todos. El músico floridense Héctor Ulises Passarella armado con su bandoneón y apoyado en el enérgico contrapunto con la violinista Fenella Humphreys, deslumbró recientemente en Seúl, Corea.
Fueron dos conciertos en el Daechango Arts Theater, durante el Latin American Cultural Festival, que promovió el Ministerio de Relaciones Exteriores y Comercio coreano. De este festival, que se celebró hacia fines del mes pasado, participaron cuatro países: Uruguay, Colombia, Perú y Chile. Y por nuestro país, el vehemente tango de Passarella, en virtuosa sociedad con la violinista británica, fue el pasaporte a un universo de sonidos, gestos y símbolos hasta ahora desconocidos para muchos coreanos.
La primera actuación del Dúo Passarella fue el miércoles 23, durante la apertura formal del encuentro multicultural y multiartístico. Y la segunda fue al día siguiente, donde el tango y Uruguay fueron los únicos protagonistas.
En ambos conciertos, el dúo interpretó un programa que sintetizó, a través de la música de compositores uruguayos, el diverso mapa estilístico de este género urbano. El recorrido incluyó a Lamarque Pons y sus Tres rítmicas de tango, el Vals de la llorona y Danza del gaucho fiero de don Guido Santórsola, Homenaje a Susana Prunes y Suite rioplatense y del propio Passarella.
A ellas se sumaron tres clásicos que han sobrepasado fronteras, aunque sus sonidos tengan un anclaje geográfico y cultural inconfundible. Primero, uno de los lenguajes de la última modernidad del tango: Astor Piazzolla y sus Adiós Nonino y Escualo. Y para el final, la magia melódica y expresiva de Sus ojos se cerraron, de Le Pera y Carlos Gardel, y uno de nuestros himnos populares: La cumparsita, de Gerardo Matos Rodríguez. En este final, Passarella y Humphrey integraron como pianista al propio embajador uruguayo en aquel país, el Sr. Nelson Yemil Chaben Labadie.
FUERZA EXPRESIVA
Según las crónicas de algunos asistentes, el público, que colmó las instalaciones del teatro Deachango en los dos conciertos, así como para las autoridades coreanas y la prensa invitada, el dúo fue toda una revelación. La calidad interpretativa y la factura musical de las obras seleccionadas, fueron reconocidas por todos, especialmente por ser el primer contacto con una expresión artística de marcado carácter regional, pero que ha adquirido a lo largo del siglo XX muchos valores universales. Una prueba empírica más de que el tango de la diáspora, multicultural, que ha hipersensibilizado la porosidad de sus fronteras estilísticas, sigue manteniendo su capacidad para componer espacios, tiempos y símbolos del entorno local que lo gestó.
Y Passarella es un muy buen ejemplo de esa fuerza expresiva. A través de su intenso trabajo en Italia, sus giras internacionales, festivales (como el Festival Tango y Más..., en la ciudad de San Ginesio, que se está realizando en estos días), producciones discográficas, ha creado un espacio de difusión y creación de singular valor, y que es muy reconocido por el público y la crítica. Sus propuestas musicales se orientan hacia varios proyectos que alterna en su agenda de presentaciones. Tal es el caso del Ensamble A través del Tango, Tango de cámara (que incluye orquesta de cuerdas y percusión), o los potententes dúos con Roberto Passarella o Fenella Humphreys.
El País Digital


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