La familia de la joven Gisella Deluca, una floridense de 21 años que falleció trágicamente en Nueva Zelanda el lunes 9 de febrero, quiere repatriar el cuerpo y traer de nuevo a su hijo de un año y medio que acompañó a su madre en el viaje. Pero problemas económicos han determinado que eso no sea posible hasta ahora. El traslado del cuerpo costaría unos 12.000 dólares, y si optaran por cremarla el costo sería de unos 6.000 dólares. La familia está realizando gestiones para conseguir el dinero, con alcancías por la ciudad y con una actividad que se realizará en el Centro Democrático este fin de semana.
Gisella Deluca fue a Nueva Zelanda con su pequeño hijo a visitar a su pareja que se encuentra trabajando en un tambo de aquel país. Al llegar se acostó a descansar y cuando su pareja fue a despertarla la encontró sin vida. La posterior autopsia determinó que la joven había muerto de una neumonía. El hijo de la infortunada mujer se encuentra al cuidado de la Cónsul uruguaya en aquel país.
Diario CAMBIOS
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