viernes, 13 de febrero de 2009

Conmoción por muerte de floridense

Toda una tragedia. Así podría catalogarse lo que está atravesando la familia de la joven floridense Gisella Deluca (21), fallecida el pasado 9 de febrero en la Isla Sur del país Oceánico Nueva Zelanda.
Gisella había ido a visitar a su pareja, Rodrigo García, que desde hace ocho meses estaba trabajando en un tambo de la Isla Sur neocelandesa, en las cercanías de la ciudad Christchurch.
Tras ser despedida el sábado por sus familiares, Gisella arribó a Nueva Zelanda el domingo en compañía de su hijo Sebastián, un niño de un año y medio. Una vez en el sureño país, algo agotada por el viaje y por el cambio de huso horario, Gisella se acostó a dormir.
Al otro día, su pareja la halló muerta víctima de un paro respiratorio, según consignaron fuentes cercanas a la familia y a la propia pareja.
La noticia cundió en Florida con una mezcla de dolor y espanto por la forma en la cual se habían dado los hechos. Máxime si se tiene en cuenta que el hijo de Gisella aún se encuentra en Nueva Zelanda a la espera de la definición legal de lo sucedido.
Trasladar el cuerpo de la infortunada joven tiene un costo que supera los 15 mil dólares, dinero que no se tiene. Otra posibilidad podría ser cremar el cuerpo (*), cuyo costo de traslado rondaría los 3 mil dólares.
A su vez, existen complicaciones para que Rodrigo García pueda venir, aunque este tema estaría resuelto gracias a la activa participación que ha mostrado la Cónsul Honoraria de Uruguay en Nueva Zelanda, Elena Dutra.
A su vez desde Uruguay, el Cónsul neocelandés Manuel Herrera no ha dejado de monitorear el asunto. El hijo de Gisella se encuentra actualmente al cuidado de la Cónsul Elena Dutra.
Según se indicó, Rodrigo García y su hijo estarían arribando al país la semana próxima.
Diario EL HERALDO
(*)Según últimas informaciones, el cuerpo de Gisella sería cremado en Nueva Zelanda.

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